Junín: Preocupación por la sequía en la Laguna de Gómez
La transformación de la Laguna de Gómez, ubicada en el partido bonaerense de Junín, es evidente y conmovedora. Lo que alguna vez fue un extenso depósito natural de agua dulce se ha convertido, después de tres años de sequía implacable, en un extenso yermo de 6000 hectáreas de tierra resquebrajada.
Este espejo de agua, parte de la cuenca del río Salado y vinculado a otras lagunas como Mar Chiquita, Carpincho y Los Patos, ha perdido su atractivo turístico debido al fenómeno de La Niña.
Antaño, la Laguna de Gómez era un destino destacado para los amantes de los deportes náuticos y un refugio para más de 250 especies de aves. Sin embargo, la sequía ha despojado a este entorno de su esplendor. El espigón construido para la pesca deportiva ahora se encuentra desnudo, y en su interior, las malezas y pajonales resisten ante el implacable calor y viento.
El impacto en la comunidad es palpable. La falta de lluvias, agravada por el cierre de compuertas en lagunas conectadas que suministran agua, ha llevado a una disminución significativa del caudal. En el 2023, la región recibió menos del 50% de su promedio anual de lluvias, generando preocupación en la población y en el sector agrícola. Agricultores y productores temen la pérdida de sus cultivos y la disminución de los rendimientos debido al estrés hídrico.
Rodrigo Esponda, productor agropecuario local, destaca la gravedad de la situación, indicando que esta sequía es la más severa que ha experimentado la región. La baja de las napas y las altas temperaturas pronosticadas generan inquietud sobre la recuperación de los cultivos en el corto plazo.
El productor Luis Burattini también comparte su preocupación y subraya la necesidad urgente de lluvias para evitar daños irreparables en los cultivos de maíz y soja. La situación, según su relato, supera incluso la gran sequía de 2009.
El ingeniero agrónomo Alejandro Signorelli del INTA advierte que la recuperación de la Laguna de Gómez llevará tiempo, posiblemente hasta la primavera siguiente o el verano 2024-2025. Mientras tanto, la comunidad local enfrenta la desolación de un paisaje transformado y la incertidumbre económica que acompaña a la sequía persistente.