Salud mental y Tiempos de Crisis Económica
Las psicólogas Aldana Coronel y Victoria Elguezabal nos comparten algunas claves para entender de qué manera repercute la actual crisis socioeconómica en la salud mental.
El estrés financiero puede afectar a las personas y situaciones socioeconómicas. Puede surgir debido a una variedad de razones, como la pérdida del empleo, la acumulación de deudas, los gastos inesperados, los bajos ingresos o la falta de educación financiera. Independientemente de la causa, las consecuencias pueden ser profundamente angustiantes.
Las preocupaciones que surgen por la incapacidad para cubrir las necesidades básicas, como alimentos, vivienda y atención médica puede generar un estado constante de ansiedad y preocupación, que afecta no solo el bienestar emocional, sino también la capacidad de concentración y la toma de decisiones. Las personas pueden sentirse abrumadas por la carga de las deudas o la incertidumbre sobre el futuro, lo que dificulta la búsqueda de soluciones efectivas.
Además, el estrés financiero puede tener un impacto significativo en las relaciones personales. La vergüenza y la sensación de fracaso pueden dificultar la comunicación abierta sobre los problemas financieros con amigos y familiares, lo que lleva a un aislamiento social. Las tensiones financieras también pueden causar conflictos en las relaciones, especialmente si hay diferencias en la forma de gestionar el dinero o si uno de los miembros de la pareja experimenta desempleo o inseguridad laboral.
En términos de salud mental, el estrés financiero puede desencadenar o empeorar situaciones de depresión y ansiedad. La constante preocupación por el dinero y el futuro puede agotar los recursos emocionales de una persona, dejándola vulnerable a problemas de salud mental. Además, la falta de acceso a recursos y servicios de apoyo puede dificultar la búsqueda de ayuda profesional para abordar estos problemas.
Es fundamental reconocer la importancia de abordar estos temas de manera integral, no solo desde una perspectiva económica, sino también emocional y social. Esto puede implicar buscar ayuda profesional, desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas, establecer redes de apoyo y trabajar hacia metas financieras realistas y alcanzables.
Al abordar estas problemáticas de manera proactiva y holística, las personas pueden mejorar su bienestar general y encontrar formas de superar los desafíos financieros con mayor resiliencia y esperanza.
Si te sentís de esta forma no te olvides de pedir ayuda.