Conviviendo con un coeficiente de incertidumbre dañino

Por Raúl Hutin*

Los argentinos en general, por consiguiente los micro, pequeños y medianos empresarios, estamos soportando un grado de: inquietud, angustia e incertidumbre, ya no solo dañino para la condición física de cada uno, sino también para la salud económica y social del país todo.

Como si no alcanzaran los problemas propios fronteras adentro: como sigue el novelón con el FMI, si viaja la delegación o no, si nos van a adelantar los fondos imprescindibles para equilibrar las cuentas del BCRA, si va a resultar necesario armar un club de deudores para enfrentar con más musculo a los acreedores sindicalizados de hecho, o deberíamos incentivar de alguna manera un poco más a China por ejemplo con la compra de los súper aviones F17. Nos tenemos que bancar que esta movida provoque una nueva devaluación del peso en el mercado del Blou de $15 en 5 días, impulsada por sectores que tiran piedras, no solo para provocar corridas cambiarias, sino para que el omni-presente FMI no apoye a nuestra Patria.

El Ministro Massa sacando conejos de su raída galera, gastada por el uso y el abuso, que lo llevo, en lugar de dar un aumento a los jubilados y pensionados, cosa por demás lógica y necesaria, a proyectar créditos de hasta $400.000 a 48 meses, porque tiene al FMI soplándole la nuca. Pese a que para ellos está haciendo tan bien los deberes que el gasto público descendió en el mes de junio un 13,3%.

No tengo dudas que esta tarde cuando se reúna la mesa de Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), las obligaciones con nuestros mandantes pesaran más que las que tenemos con nuestro pueblo y con la Constitución Nacional, ya que ella, en el artículo 14 bis marca con claridad meridiana que el salario básico debe cubrir las necesidades de la canasta familiar. Hoy ese salario esta en $87.987,- para que realmente sea VITAL debería ajustarse al menos un 100%. Nuevamente el aliento del Fondo lo impedirá.

Mientras tanto, nuestras MiPymes, el mercado interno en general se viene achicando como una pasa de uva, despacito, suavemente, sin prisa pero sin pausa en su caída. Sectores como el textil registran en el último mes de junio una caída del 9,6%, pero hasta alimentos y bebidas cayeron el 4,1%, mientras que las grandes empresas formadoras de precios, las ligadas al tema energético, tanto de gas como de petróleo, o la industria automotriz en su conjunto, registran crecimientos de dos dígitos. Estamos frente a un crecimiento heterogéneo que va a dejar heridos que, oh casualidad, son siempre de nuestro lado. Tema a tomar en cuenta, ya que el mercado interno lo sostienen las MiPymes y la demanda pública más la privada representa el 70% del PBI y poner en marcha los motores productivos no es solo subir una llave de fuerza motriz, atrás hay individuos que sueñan, que tienen preocupaciones, que piensan en el mañana de sus hijos o nietos y tal vez, solo digo tal vez, tenemos que sembrar semillitas de ilusión para que ello ocurra.

Los años electorales provocan gran parte de este maremágnum, es cierto, pero este en especial, con una dosis superlativa. Los argentinos no vamos a elegir solo a las autoridades que conducirán el país los próximos cuatro años, elegiremos un modelo de país: entre uno con inclusión social, con independencia económica, con soberanía política, con distribución equitativa del ingreso, con salud, educación y trabajo y otro con una impronta para pocos, con empresas del estado privatizadas con ajustes brutales que hagan invivible el clima para las mayorías ciudadanas, con reformas laborales, jubilatorias, de salud, de educación, que promuevan tal flexibilización que solo permitan el acceso a un tercio de nuestra sociedad en el mejor de los casos. La impondrán a partir de una represión salvaje que dejara muertos.

Fronteras afuera, no es precisamente un lecho de rosas, el enfrentamiento geo-político entre los EEUU y China se está caldeando, no solo por la hegemonía del comercio mundial, sino por el huso de la moneda de intercambio. El dólar viene perdiendo su lugar a pasos agigantados, en solo un año bajo del 77% al 53% de aceptación, lo que es intolerable para el imperio americano.

Pero el último escalón en el camino del infierno lo depara la continuidad con mayor belicosidad en la guerra Ucrania –Rusia, a tal punto que las declaraciones de hoy marcan que de seguir por este mismo camino, este desembocara sin alternativa en la tercera guerra mundial y esta será atómica.

Hablábamos de incertidumbre, motivos sobran. Frente a semejante panorama no nos tiene que unir el amor sino el espanto. Actuemos pensando con sabiduría en las consecuencias de nuestros actos, El país es el techo que nos cobija a todos y hoy debe ser el motivo central de nuestros esfuerzos.

*Secretario de la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN)