Crisis en la industria de la carne

La industria de la carne en la provincia de Buenos Aires enfrenta un escenario crítico, marcado por una caída tanto en la oferta como en la demanda. La sequía y el bajo valor del dólar han llevado a los frigoríficos a una situación alarmante. Según la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne de la República Argentina (CCIRA), el consumo de carne vacuna ha caído a niveles que no se veían desde hace más de un siglo, afectando significativamente la actividad de los frigoríficos.

Históricamente, la disminución del consumo local se compensaba con mayores exportaciones, pero esta vez no ha sido así debido a una combinación de factores económicos, climáticos y geopolíticos. Fabián Ochoa, secretario general de la Asociación Gremial del Personal del Mercado de Hacienda en Cañuelas, explica que aunque el porcentaje de exportaciones ha aumentado en proporción, esto no representa un crecimiento real.

El traslado del histórico Mercado de Hacienda de Liniers a Cañuelas en 2022 buscaba mayor escala y sustentabilidad, pero la coyuntura actual ha afectado sus planes de crecimiento y expansión. Ochoa destaca la reducción de la demanda en hoteles y restaurantes premium, influenciada por el menor turismo internacional y el cambio en los hábitos de consumo, donde la carne vacuna es reemplazada por opciones más económicas.

Desde la perspectiva empresarial, Miguel Schiariti, de la CICCRA, reconoce la caída en el consumo per cápita de carne vacuna y los cambios en los hábitos alimentarios, con un aumento en el consumo de pollo y cerdo. Sin embargo, señala preocupaciones sobre los frigoríficos provinciales y municipales que no cumplen con los estándares de higiene y salubridad, además de la grave sequía del año pasado que redujo significativamente la oferta de animales.

Las exportaciones de carne también están en declive debido a factores como el atraso cambiario, la política exportadora agresiva de Brasil y las tensiones con China. Esto ha llevado a los frigoríficos a reducir sus operaciones, abriendo menos días por semana. Ezequiel D’Angelis, directivo del frigorífico Muge en Lobos, describe un panorama similar, con una caída del 40% en exportaciones y una disminución a la mitad en el consumo local. La competencia con grandes jugadores del mercado interno ha complicado aún más la situación. A pesar de los desafíos, D’Angelis se muestra optimista, esperando que la brecha cambiaria se estabilice y el turismo regrese, lo que podría mejorar las condiciones del mercado.