Se necesita tanto agua para apagar tanto fuego
Por Raúl Hutin*
Nuestra sociedad, a todos los niveles: pobres, clase media clase acomodada, está harta, cansada, en medio de una profunda incertidumbre que le carcome la esperanza y es lógico que así suceda, lleva siete años y medio apostando a un futuro que le resulta esquivo, de promesas incumplidas por parte de los gobernantes, más allá de las particularidades de cada periodo.
No es cuestión de mirar hacia atrás, nos podemos convertir en estatua de sal, pero si es necesario recoger las distintas experiencias para no repetir los errores. El gobierno del ingeniero Macri nos mintió mal. Nos hizo creer que realmente iba a hacer un “cambio” a favor del pueblo y el resultado a la vista y repasando los números concretos es que gobernó para un reducido grupo de amigos que se llevaron la nuestra sin ponerse colorados. Los trabajadores perdieron en ese periodo el 20% de su poder adquisitivo y por supuesto, por el principio que “el dinero no se pierde ni se transforma, solo cambia de bolsillo” este paso vertiginosamente a manos de la economía concentrada.
Macri fue el primer Presidente en no ser re-electo, ahí termino su catastrófica carrera política. Elegimos a Alberto, confiamos en la decisión de Cristina de designarlo como el sucesor de los Kirchner. No tuvo demasiada suerte en su gestión; a los 90 días aparece la pandemia de corona-virus con todo el aparato de salud desarticulado y vaciado. Se pone al hombro la tarea de salvar vidas. Construye hospitales, consigue vacunas, respiradores, camas, lo necesario en una gestión epopeyica. Argentina, a diferencia de otros países, no lo pudo financiar con créditos del exterior y tuvo que rascar el fondo de la olla. Esto le costó la friolera de U$S 30.000, pero además una estrepitosa caída de la producción nacional producto de la cuarentena. Sobrevino la maldita guerra entre Ucrania y Rusia. Aumento estrepitoso del gas licuado y de los fletes para que este material arribe al país, también nos trajo un sobre costo no calculado de más de U$S 6.000 millones. Sobre llovido mojado, la sequía de la que aún estamos soportando las consecuencias nos birlo de una recaudación de unos U$S 20,000 millones más la recaudación impositiva correspondiente. Demasiada perdida que se sumó a un Estado que había quedadado sin recursos y sin apoyo internacional y por el contrario, tuvo que pagarle al FMI en este periodo de gobierno por la deuda tomada por el gobierno anterior, la suma de U$S 2.235 netos hasta julio.
Si sumamos todas las perdidas inesperadas y las heredadas, descubrimos que el gobierno de Alberto hubiese podido levantar el salario real que por el contrario retrocedió, hubiese podido contener la inflación con medidas contra-cíclicas y que tanto fuego enciende en nuestro castigado pueblo. Hubiese podido levantar unos puntitos en educación y en seguridad que urge.
Pero no podemos llorar por la leche derramada. Tenemos que juntar fuerzas para reconstruir la casa de todos que es nuestra Patria, tapar las goteras, poner llaves en las rajaduras de las paredes, esas grietas que solo sirven para quitarnos aire y para que el fuego siga ardiendo con más fuerza.
Una nueva oportunidad se despliega para todos los argentinos que amamos nuestro país, que creemos que la forma de reconstrucción esta en más trabajo y más producción, que sabemos de la fuerza y la capacidad de nuestras PYMES y de su compromiso, no siempre bien reconocido. Estamos entrando en un periodo de realizaciones concretas que nos van a permitir cambiar el rumbo de lo acontecido, es agua fresca que regara generosamente el porvenir: en energía, en lugar de comprar gas, vamos a exportarlo a través del gasoducto Nestor Kirchner, de hecho ya se empezó a exportar al vecino país de Chile. La plataforma of-shore viene acercando resultados altamente satisfactorios al igual que la realidad tangible de Vaca muerta. En minerales, son numerosas las nuevas explotaciones en marcha, fundamentalmente en el área del litio, el cobre y el oro, que traerán saldos positivos importantes para las arcas del estado a corto plazo, más si defendemos los precios de lo que se extrae, lo controlamos y principalmente si encontramos definitivamente la forma de agregarle valor. En el campo de la agricultura, el cambio climático y las lluvias a tiempo están pronosticando una cosecha de aproximadamente unos U$S 150.000millones, record absoluto hasta el momento.
Si a eso le sumamos que la industria cada vez está exportando más, que cada día se está sustituyendo importaciones (porque la necesidad tiene cara de hereje) pero tenemos en definitiva la capacidad para hacerlo, que por fin, agarramos la lapicera para dar inicio a un circulo virtuoso con medidas de aplicación inmediatas, lógicas y necesarias, podemos imaginar un panorama mucho más optimista para el futuro, siempre y cuando el diablo no meta la cola y aparezcan los hechiceros tratando de vendernos espejitos de colores.
Convencido de la capacidad de pensamiento y sensatez de nuestro pueblo a la hora de las grandes decisiones, las PYMES ya estamos invirtiendo y proyectando el futuro, que será, sin ninguna duda promisorio para esta sociedad que se banco casi ocho años de malaria. Trabajemos unidos para que así suceda.
*Secretario de la Central de Empresarios Nacionales (CEEN)