Junín: Laboratorios Rivero sigue en conflicto

La situación en Laboratorios Rivero continúa siendo crítica tras casi dieciocho meses de irregularidades. Los trabajadores bonaerenses, cuadrados en el sindicato de Sanidad, denuncian salarios impagos y una estrategia de vaciamiento de la empresa.

Con sede en Junín y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rivero es una empresa histórica que nació en 1932 como un emprendimiento familiar. Sin embargo, la situación cambió tras el fallecimiento en 2023 de Pedro Luis Rivero Segura, uno de sus líderes. Los herederos decidieron «profesionalizar la gestión», lo que, según los empleados, trajo consigo una ruptura en el clima de cooperación que había prevalecido por décadas.

Actualmente, los trabajadores reclaman sueldos adeudados que oscilan entre seis y diez meses , mientras denuncian pagos incompletos y mínimos. A pesar de esto, aseguran que la empresa no enfrenta pérdidas económicas. «Es el único productor de bolsas para transfusiones de sangre en el país, exporta y tiene un catálogo amplio de fármacos» , afirmaron en anonimato, debido al temor de represalias.

Este temor no es infundado: durante una protesta, dos empleados fueron despedidos, y aún luchan por obtener sus indemnizaciones. Mientras tanto, los trabajadores más jóvenes están abandonando la empresa en busca de mejores oportunidades, dejando un panorama complicado para aquellos con antigüedades que van de 20 a 35 años.

Las audiencias en el Ministerio de Trabajo no han resuelto la situación, con los representantes de la empresa acusados ​​de «patear todo para adelante» . El conflicto también ha generado consecuencias graves para los empleados, incluyendo desalojos y problemas de salud mental como ansiedad y depresión.

Por su parte, la empresa ha mantenido silencio oficial sobre el conflicto, incluso en su página web, donde destacan hitos históricos como su colaboración con el Dr. René Favaloro y la Fundación Favaloro en el desarrollo de materiales biomédicos.

El futuro de los trabajadores sigue siendo incierto, mientras crece la presión para que las autoridades intervengan de manera efectiva y se encuentre una solución justa al conflicto. «No estamos dispuestos a regalar décadas de esfuerzo» , concluyen los empleados.

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